¿Le Caes Mal a Tu Jefe?: Posibles razones
Puedes estar haciendo algo mal
Si sientes que le Caes Mal A Tu Jefe, puede ser verdad. O tal vez, puede que él sea una persona muy rígida y es así con todos. Pero, si notas que esos comportamientos extraños y de mal gusto son sólo hacia ti, puede ser que tus sospechas sean ciertas.
Si bien es posible que desees que esos días en los que importaba un concurso de popularidad hayan terminado, la dura y fría verdad es que agradar a los de arriba puede hacer o deshacer tu carrera.
Por esto, te dejamos aquí algunos errores que podrían hacer que su jefe desee que alguien más esté haciendo su trabajo.
Contenido:
- No intentes ser un lamebotas con tu jefe
- Finges y no obtienes los resultados esperados
- Trabajar en cualquier ámbito no es sencillo
- No intentes llamar la atención todo el tiempo. El mundo no gira a tu alrededor.
- Te niegas a hacer tareas simples
- Te niegas a entender los procesos burocráticos
- Haces quedar mal a tu jefe
No intentes ser un lamebotas con tu jefe
Aunque a muchos les funciona (es bochornoso de igual forma), no es bueno querer a toda costa ser el mejor amigo del jefe. Esto puede ser totalmente contraproducente. Está bien hacer preguntas, conversar con él posibles proyectos o cambios de estrategia, es parte del aprendizaje y el avance de su carrera.
Pero él no debe ser tu guía espiritual, ni nada por el estilo. Debes saber poner un límite y no causarte ni causar agotamiento por intentar mantener un contacto constante. Tu jefe puede llegar a pensar, incluso, que no puedes trabajar sin ayuda extra, lo cual no sería nada favorable para tu futuro laboral en la empresa.
En lugar de pedir ayuda constantemente, los empleados inteligentes resuelven la cosas por sí solos o acuden al jefe con una descripción sucinta del problema y las posibles soluciones. Intenta ser este tipo trabajador, no de los que no pueden resolver nada solos.
Finges y no obtienes los resultados esperados
Aflojar un poco tu disciplina después de un momento de crecimiento profesional puede hacer que su jefe dude rápidamente de ti. Es por esto que fingir que estás bien y que puedes con todo hasta que lo logres tus objetivos, pero realmente no hacerlo, puede funcionar en ciertos casos.
Pero, tienes que tener en cuenta que, cuando tomas la decisión de no hacer tu trabajo como debe ser, haces que tu jefe tenga que trabajar más duro, y esa es una forma clave de hacer que no les gustes. Él no es estúpido y sabrá cuándo su carga laboral se acrecienta por culpa de un empleado.
Cualquiera que sea el trabajo, hay resultados esperados, y cuando no produce esos resultados, hay un problema.
Trabajar en cualquier ámbito no es sencillo
No importa si es el trabajo de tus sueños o simplemente un trabajo inicial para escalar a otra puesto o empresa, siempre habrá problemas que llegarán a todos los lugares de trabajo.
Si bien, en última instancia, es responsabilidad de su gerente abordar los flujos de trabajo, los equipos o los programas que simplemente no funcionan, también forma parte de tu función señalar la falta de comunicación o las dificultades que estás teniendo.
¿Por qué? Cuando algo sale mal, la productividad es la primera en sufrir. Estar al tanto de la situación y querer evitar comentar sobre ella puede traerte más problemas que soluciones.
Además que podría verse afectada la empresa directamente, si tienes un jefe que no ve y no sabe lo que sucede, puede que se moleste mucho cuando ya el problema sea demasiado evidente y la culpa recaiga en ti y en tus compañeros.
No intentes llamar la atención todo el tiempo. El mundo no gira a tu alrededor.
Querer llamar la atención siempre puede convertirse un verdadero mal habito. Los jefes tienen que supervisar los equipos, y el empleado que siempre está tratando de centrar la atención en sí mismo es una distracción.
Hacer descarrilar las discusiones del equipo para hablar sobre sus propios objetivos, dominar la planificación y negarse a ver el panorama más amplio del progreso del equipo en lugar del propio son todas manifestaciones de esta actitud.
Este tipo de comportamiento no ayuda mucho a entablar una relación con los compañeros de trabajo o, lo que es más importante, con tu jefe. Esto también se aplica a nivel personal: cuando otras personas estén hablando, escucha. No permitas que tu ego arruine tus relaciones interpersonales.
Te niegas a hacer tareas simples
¿A qué nos referimos con “tareas simples"? Hacer copias, avisar sobre la reunión de mañana, poner al tanto a un compañero nuevo, entre otras. Bajo ninguna circunstancia debes romper los estándares éticos de un jefe, pero para las solicitudes de rutina, la respuesta siempre debe ser "sí".
Tu función es ayudar a tus superiores a cumplir los plazos y las metas, por lo que sí son tareas fáciles que crees que no te corresponden por cuestiones de escalafón o porque simplemente te da fastidio y no estás obligado a hacerlo, intenta no negarte.
Si no lo haces, o lo haces mal, no solo te verás mal a ti mismo, sino también al equipo, lo cual te afectará directamente a ti. No te limites a cruzar los brazos y rehusarse a hacer algo. Demuestra que puedes pensar estratégicamente. En lugar de decir: 'No puedo hacer eso' y esperar que el jefe lo arregle.
Te niegas a entender los procesos burocráticos
En muy pocos casos, la responsabilidad de la gestión significa chasquear los dedos y obtener lo que desea. Manejar un proyecto requiere maniobrar. Ser jefe es a menudo una cuestión de gestionar la burocracia para hacer las cosas.
Algunos jefes son buenos en eso y otros son terribles. Pero lo que nunca es útil es un empleado que constantemente habla mal de la empresa o pregunta por qué no ha sucedido algo.
Puedes ocasionar grandes dolores de cabeza a su jefe y a todos los demás en el trabajo si no comprendes la burocracia. Por más frustrante que pueda ser lidiar con la burocracia, es parte de cualquier trabajo aplicar determinados protocolos. Negarte a ello o demostrar constantemente tu animadversión afectará la forma en que el jefe te percibe.
Haces quedar mal a tu jefe
Este error es colosal. Al igual que a ti, a los jefes les gusta verse bien frente a sus superiores o iguales. Si haces un buen trabajo, quedan bien. Pero si socavas a tu jefe al hablar mal de él de manera irrazonable con sus compañeros de equipo o sus propios jefes, generalmente se enterarán, provocando una marca roja en la lista de empleados favoritos.
Puede haber ocasiones en las que no estés de acuerdo con su empleador o pienses que podría hacer un mejor trabajo que él o ella, pero es tu jefe, no puedes hacer nada contra eso.
Intenta evitar todas estas situaciones. Puede que así logres no tener grandes altercados con tus superiores. Y si en este momento estás teniendo problemas, evalúa a partir de este listado si estás teniendo alguno de estos comportamientos e intenta mejorar.
Siguiente lectura: El Burnout: Qué es, cómo identificarlo y tratamiento
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